Foto: El Tiempo

Sin el aporte del gobierno Santos hoy lunes 02 de octubre será firmado el cierre financiero de los trabajos programados a fin de recuperar en alto porcentaje el principal afluente de Cundinamarca, uno de los más contaminados del planeta según ambientalistas.  

Bogotá, Cundinamarca y la CAR suscribirán el compromiso con el cual se garantizan las asignaciones necesarias en la construcción de la obra central: la planta de tratamiento de aguas residuales en  Canoas, jurisdicción de Soacha.

Esta importante noticia ambiental se conoce horas antes de que el ministro de Ambiente Guillermo Murillo, el alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa, el gobernador de Cundinamarca Jorge Rey Ángel y el director de la CAR Néstor Franco, acudan citados este martes ante la Procuraduría para entregar informe sobre las actuaciones de todos ellos frente a lo dispuesto por el Consejo de Estado en este sentido.

“La Corporación se siente absolutamente feliz de darles la noticia buena a los 14 municipios de la cuenca baja del río Bogotá; a Soacha, a Sibaté, a San Antonio y a todos los demás municipios hasta Girardot. La gran noticia es la firma junto con el alcalde Peñalosa, con el gobernador Jorge Rey el compromiso del cierre financiero para la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales de Canoas”, precisó el director de la Car, Néstor Franco.

Explicó que la planta de tratamientos permitirá procesar y literalmente potabilizar las aguas servidas generadas por 8 millones y medios de bogotanos.  La PTAR de Canoas estará ubicada cerca del Muña al sur de la capital colombiana.

De acuerdo a la programación la fase precontractual se cumplirá entre esta fecha y el 2019, período en cual igualmente aspiran a desarrollar  la contratación y el inicio de los trabajos de construcción.

De los dineros necesarios la CAR girará billón y medio y Cundinamarca, sin confirmar, una suma parecida mientras la mayor parte, por cuanto es el principal contaminante, lo asumirá Bogotá. La nación no realizará ningún aporte.

Una de las aspiraciones es que hacia mitad del próximo decenio el río Bogotá facilite procesos turísticos, agropecuarios y que incluso alimente los acueductos de buena parte de los municipios del sur de Cundinamarca.

 

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