La reserva natural Camelias, ubicada en los municipios de San Rafael y San Carlos al oriente de Antioquia, ha sido declarada como uno de los principales corredores del puma. Foto: Guillermo Ossa / El Tiempo.

En el oriente antioqueño, se encuentra este corredor boscoso para especies animales.

A lo lejos se divisa la piedra El Tabor, uno de los emblemas del municipio de San Carlos, oriente antioqueño. Ésta es protagonista de murales y fotografías en las calles y el comercio del pueblo. Es una insignia, un orgullo sancarlitano.

Rodeada de un espeso y verde bosque, la roca se alza por encima de las montañas del lugar conocido como Camelias. La zona, jurisdicción de Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare), fue declarada Distrito regional de manejo integrado.

Estos distritos se definen como un espacio geográfico, donde los paisajes y ecosistemas mantienen su composición y función, aunque su estructura haya sido modificada. Los valores naturales y culturales asociados se ponen al alcance de la población humana para destinarlos a su uso sostenible, preservación, restauración, conocimiento y disfrute. Pero eso no es todo: Camelias posee algo que la hace aun más especial: su biodiversidad.

“Esta zona tiene una importancia para la conservación de especies de flora y fauna. En inventarios recientes, en especies de flora, a partir de los muestreos realizados se registraron un total de 139, de las cuales 61 son prioritarias para la conservación”, comenta Carlos Mario Zuluaga Gómez, director general de Cornare.

Además, este es el hogar de más de 160 especies de aves registradas. Entre ellas, el águila coronada (Harpyhaliaetus coronatus), una variedad que en su parte física se parece mucho al águila harpía (Harpia harpyja), pero la coronada es de menor tamaño.

También se hallaron familias de menor tamaño, pero que son endémicas de la zona como el torito dorsiblanco (Capito hypoleucus). 

El cacique candela (Hypopyrrhus pyrohypogaster) es otra de las especies que encontró en esta reserva un sitio para realizar su ciclo vital.

Pero quizás la razón principal de la reserva, en cuanto a preservación de especies, tiene que ver con el puma. Los expertos han tenido avistamientos de madres con crías. Como el ocurrido en Punchiná, una zona aledaña a la reserva. 

También hay registro de un puma nadando en el embalse del mismo lugar.

Todos estos componentes nativos convierten a la zona en vital para el felino, debido a que estos corredores biológicos le proveen las condiciones necesarias para hallar alimento y refugio. 

“El puma es el objeto de conservación de Camelias”, dice uno de los biólogos de Cornare, que tiene planes de manejo que son, básicamente, sobre cómo se va a administrar el área durante los próximos cinco años.

Dentro de estos planes hay uno estratégico en el que se define el objeto de conservación que consiste en determinar la base biológica, socioambiental y socioeconómica. Además, sirve para mirar los lineamientos y las estrategias que van a permitir desarrollar la conservación y el manejo del área protegida.

El puma es muy susceptible a la cacería por el constante conflicto con los humanos. Aunque no agrede a las personas, sino que las evita, sí ataca a los animales de granja: ven el ganado una presa fácil.

En la estación de Policía de San Carlos han llegado reportes de campesinos que manifestaron que sus vacas fueron atacadas por los felinos.

Además del puma, en Camelias también buscan preservar la nutria, los corredores boscosos y los sitios turísticos.

Camelias es un referente del trabajo que hace Cornare con la comunidad en temas de sistemas productivos. Es el caso de las abejas meliponas, una especie que no tiene aguijón, no pica y que puede ser tenida en las fincas de los campesinos, donde las pueden trabajar y extraer su miel, que tiene propiedades medicinales.

Pero la meliponicultura también tiene su amenaza: la deforestación y el uso de agroquímicos. Por eso, la corporación implementa estrategias que ayudan a mitigar el uso de éstos y a generar prácticas más sostenibles con el medio ambiente.

De la mano de la comunidad, y de entidades como Cornare, el puma y las demás especies que habitan la reserva natural de Camelias seguirán teniendo un lugar donde pueden desarrollar tranquilamente sus ciclos vitales. 

Esto, no obstante, se logra con un mínimo de riesgos y amenazas causadas por los seres humanos que van afectando el medio ambiente.

Tomado de: Periódico El Tiempo

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