Un pájaro cucarachero (“Cyphorhinus arada”) y la interpretación visual de su canto, a partir de las ondas sonoras que produce. / Andy Thomas

Un australiano traduce las ondas sonoras de los cantos de pájaros del Amazonas en animaciones psicodélicas. Su intención es promover la conservación de los bosques.

El artista digital australiano Andy Thomas tenía 18 años cuando empezó a ir a raves y se entregó al psytrance, un subgénero de la música electrónica. La gente se reunía en una pista de baile improvisada en los claros de los bosques de Melbourne, alrededor de bafles pesados y luces láser.

La distorsión de las imágenes sobre las hojas tupidas de los árboles, las luces contra las ramas, la vibración de la tierra por el trueno de los parlantes y los sonidos del bosque que se colaban entre los beats le hicieron pensar que la naturaleza y la tecnología comulgaban de maneras insólitas, y empezó a experimentar.

Veinte años después de esa experiencia, creó el proyecto “Visual Sounds of the Amazon”, una serie de animaciones digitales que responden al canto único de las aves de la Amazonia brasileña, y que desde que vio la luz en 2016, ha servido a distintas organizaciones como WWF para advertir sobre la preocupante situación de los bosques tropicales amazónicos, dejando las promesas apocalípticas a un lado.

En 2016, luego de visitar los nevados bosques de Finlandia, Andy Thomas llegó a las ciudades de Manaos y Presidente Figueroa, en el estado de Amazonas, Brasil, para encontrarse con el ornitólogo Reynier Omena Junior. “Él tiene un conocimiento inmenso en pájaros, tenía muchos sonidos de aves grabados y los reproducía con un micrófono y un amplificador hacia la selva. Las aves le respondían con un sonido similar, así identificábamos las especies, algunas se asomaban y veíamos sus colores”, recuerda Thomas.

Mientras Omena grababa los sonidos acercándose lo más posible a las aves, abrazado a los troncos, Thomas dibujaba con gazapos rápidos las aves que se dejaban ver por apenas unos segundos. “La más hermosa que vi fue el que llaman yunga, tunqui o gallito de las rocas, y que tiene una cresta naranja y un plumaje hinchado. Fue sólo un segundo, pero lo recuerdo muy bien”.

Sería imposible tratar de capturar los cantos de todas las aves del Amazonas. Según WWF, en toda la cuenca amazónica habitan unas 1.300 especies de pájaros, mientras que en todo Norteamérica hay 700 especies. Registraron guacamayas, yungas, cucaracheros, jacaramás orejiblancos y otra veintena de especies, a pesar de haber visto cientos de pájaros.

A la semana, regresó a Melbourne, y a los seis meses, comenzó a trabajar en “Visual Sounds of the Amazon”. El resultado final es una serie de texturas suspendidas en el aire que se sienten o se ven similares al cantar de un ave, una especie de sinestesia en donde lo que se oye se traduce a colores brillantes y formas sinuosas y fugaces. En otras palabras, es la traducción visual de un canto, o como él lo llama, una “estimulación de partículas”.

Thomas explica que el modelado 3D de los sonidos de las aves es una técnica más o menos experimental, y aunque el proceso suene sencillo, no lo es. Thomas pasó las grabaciones de los cantos de pájaros por un software de audio para visualizar las curvas de las ondas que generan los cantos. Luego, editó el sonido, separando el ruido del bosque del de los insectos, del agua, del de los pájaros. Esas imágenes independientes son procesadas por software de animación como 3Ds Max y Fume fx, Krakatoa, Frost, Realflow y After Effects. El sonido desata ciertas figuras en el software: partículas, curvas, movimientos similares al humo o al vuelo. A partir de ahí, y según lo que tenga dibujado en su libreta, empieza a modelar por una semana máximo hasta crear las figuras que, de alguna manera, evocan a las aves.

Los colores que selecciona para sus pájaros abstractos por lo general coinciden con el de los animales originales. El color del plumaje se forma por la acumulación de pigmentos o por la refracción de la luz sobre la estructura de las plumas. Y esos tonos son los que Thomas traduce a un Pantone digital, que a veces se le queda corto a las infinitas posibilidades de la diversidad amazónica. Las sinuosas formas de los pájaros de Thomas no son sólo producto de su imaginación, o de su innegable habilidad para la animación. El canto de las aves de por sí es un proceso complejo. Según explica el director de Ecología de la Universidad Autónoma de México, Constantino Macías, el equivalente a las cuerdas vocales de las aves es la siringe, y cada uno tiene un canto y un reclamo particular. La mayoría de cantos son emitidos por los machos y están asociados al cortejo, mientras que los reclamos tienden a ser más cortos y sirven para alertar o comunicarse con otros.

El artista digital de 42 años aún va a fiestas y le sigue la pista al psytrance. En su proyecto anterior, “Syntethic Nature”, manipuló los sonidos de los bosques de Tailandia y Nueva Zelanda, y creó una especie de naturaleza distorsionada en 3D. “Me gusta ese concepto, esa dicotomía entre lo artificial y lo natural, y cómo podemos imitar a la naturaleza reflejándola en un nuevo espejo”, dice Thomas. Bjork hace algo similar con su álbum “Biophilia” (que significa la afinidad entre los humanos y otros organismos vivos, lo que se llama “conexión con la naturaleza”).

Parte de “Synthetic Nature” acompañó el set del DJ Tom Cosmy en 2016, en el festival de música electrónica Ozora, en Hungría. Entre otras, el trabajo de Thomas –sobre todo el que hizo en la Amazonia– ha servido para denunciar la preocupante situación de los bosques amazónicos, “pero a partir de la belleza de la naturaleza. Ya la gente está cansada de que le digan cosas descorazonadoras sobre cómo van a morir gracias al mal cuidado del medio ambiente. Es bueno inspirarlos, tener su atención, al menos, para hablar de los problemas que enferman al mundo”, dice.

Estos asuntos no son pocos en la Amazonia. De acuerdo con los cálculos del Global Forest Atlas, desde la década del 80, la Amazonia de Brasil se convirtió en lo que algunos ambientalistas llamaron “la conexión de la hamburguesa”, refiriéndose al avance de la ganadería extensiva en esa región. “Esta actividad es responsable del 80 % de la deforestación en todos los países amazónicos”, dice la organización. sólo en Brasil se han perdido 450.000 hectáreas de bosque, convertidos en pastizales.

“Visual Sounds of the Amazon” se presentó en el festival de animación Render, en Lima (Perú) en 2017, y en abril de este año tendrá un espacio en el Museo Smithsonian, en Washington (Estados Unidos).

Para algunos científicos (como el nobel de Química Paul Crutzen) estamos en el Antropoceno, una época de la historia terrestre en que las actividades humanas son tan extremas que están moldeando los ecosistemas. Thomas lo resume así: “Los humanos destruimos la naturaleza con la tecnología. Devoramos el bosque, matamos el agua. Yo prefiero torcer y hacer mutar la fauna y la flora con computadores en vez de jugar con excavadoras”.

 

 

Tomado de: Periódico El Espectador.

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