La tala de árboles, las quemas controladas y la ampliación de la frontera ganadera para producción de ganado cebú son algunos de los factores que han hecho que el hábitat de la Mesoclemmys dahli, conocida popularmente tortuga carrancha o carranchina, se esté reduciendo, lo cual pone en riesgo la supervivencia de la especie.

Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Bogotá y de la Universidad de los Andes aplicaron la genética de poblaciones para conocer los principios teóricos de la evolución de una especie, en este caso la carranchina, la cual habita en los bosques secos tropicales de Cesar, Córdoba, Magdalena y Bolívar.

Para obtener los resultados extrajeron sangre de los especímenes estudiados y revisaron el ADN de los animales. Después, por medio de generadores moleculares, conocidos como microsatélites (pequeños “trozos” de genoma que tiene repeticiones), se determinó el riesgo de extinción.

También gracias al estudio se supo que desde 1900 se empezó a intervenir el hábitat de las tortugas carranchina por la producción ganadera y el desarrollo urbanístico que fragmentó el bosque seco.

En Colombia existen varias especies de la familia Mesoclemmys, actualmente existe cuatro variedades, como la Mesoclemmys Gibus, que vive en la Amazonia. Así mismo, es la única familia con integrantes en el norte y el occidente de los Andes.

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