Su modelo se basa en lograr un crecimiento económico sin dañar el medio ambiente. La energía eólica, solar y el reciclaje son habituales en este lugar

No son los molinos de viento que El Quijote confundió con gigantes, en Kitakyushu hay otro tipo de gigantes: unas enormes astas que aprovechan la intensidad del viento en la región para producir energía eólica.

Cada uno de estos generadores mide más de 60 metros de altura, tan sólo el aspa tiene 35 metros de altura 70 metros de amplitud. Cada generador, de los diez que existen, produce 15 mil kW al día.

Desde que uno va acercándose en carretera a esta ciudad al suroeste de Japón, se nota algo “distinto”. El cielo es de un azul intenso, sin rastros de contaminación. También es notorio el fuerte viento.

En junio de 2011 esta ciudad, ubicada en la prefectura de Fukuoka, fue elegida como la primera con modelo verde en Asia. Ya en 2007 fue la primera ecociudad reconocida por Japón.

Aquí la ecología y la energía son los temas clave.

Sin embargo, la historia no siempre fue así para Kitakyushu. De hecho fue la fuerte contaminación registrada en los años 60 la que obligó a un cambio. El sector administrativo, las empresas y los ciudadanos se unieron para hacer de este lugar un paraíso para las energías renovables, el reciclaje y la disminución de emisiones de carbono.

Ahora en este sitio, sede de la empresa Toto, productora de los famosos baños japoneses con botones, existen 27 empresas de reciclaje reconocidas por el gobierno japonés. Además tiene dos centrales geotérmicas.

En el Eco Town de Kitakyushu, que forma parte de su Next Generation Energy Park, explican que la fuerte contaminación de la ciudad generó por unos 800 mil millones de yenes (más de siete mil millones de dólares).

Por eso ahora se busca que sus empresas tengan innovación tecnológica pero en armonía con la naturaleza, con fuentes reciclables y baja generación de carbono.

Precisamente el nombre de “eco” es por ecología y economía. La idea es que haya un crecimiento económico con conservación ecológica.

No sólo la fuerza del viento se aprovecha aquí. Existen también plantas de energía solar y se produce, a pequeña escala, energía hidroeléctrica.

Se creó además el Kitakyushu Hydrogen Town, para aprovechar los beneficios del hidrógeno como fuente de energía, pues es abundante y libre de emisiones. El hidrógeno se distribuye en los hogares, comercios e instalaciones públicas a través de pipas.

La electricidad generada mediante esta fuente se provee a través de automóviles equipados con celdas especiales.

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