Los mosquitos expuestos a pequeñas partículas de plástico en su fase larval pueden transmitir ese veneno a los animales que se encuentran más arriba en la cadena alimenticia, según un nuevo estudio.

Dirigido por la investigadora de posgrado Rana Al-Jaibachi de la Universidad de Reading, el estudio encontró que los microplásticos ingeridos por las larvas de mosquito permanecen en su sistema durante todo su ciclo de vida, que dura aproximadamente una semana.

“Nuestros resultados tienen implicaciones importantes porque cualquier etapa de la vida acuática que sea capaz de consumir MP y transferirlos a su etapa de vida terrestre es un transmisor potencial de MP en nuevos hábitats aéreos y terrestres”, concluyó el equipo de Al-Jaibachi.

El equipo llegó a este hallazgo al introducir microesferas de poliestireno verde fluorescente en matraces que contenían larvas de Culex pipiens, una especie de mosquito que es común en todo el mundo. Un juego de microesferas midió dos micras de diámetro, mientras que otro midió 15 micras (como referencia, un cabello humano tiene típicamente entre 80 y 100 micras de ancho). Algunas larvas fueron expuestas a solo un tamaño de las microesferas, mientras que otras fueron expuestas a los dos.

Las larvas fueron alimentadas con bolitas de conejillo de indias, luego las extrajeron de los matrices y las congelaron en diferentes etapas de su desarrollo, hasta llegar inclusive a la fase adulta. Al-Jaibachi y sus colegas luego estudiaron los mosquitos congelados bajo un microscopio y contaron la cantidad de perlas fluorescentes que permanecieron en sus sistemas a lo largo de su ciclo de vida.

Descubrieron que las larvas eran especialmente propensas a acumular microperlas más pequeñas en sus sistemas a lo largo de su desarrollo. Curiosamente, aquellas expuestas solo a las cuentas grandes no parecían haber sido afectadas en absoluto, mientras que aquellas que habían estado expuestas a los dos tamaños, las grandes y las pequeñas, tenían microesferas de ambos tamaños en sus sistemas al llegar a ser adultos.

Dado que cada año se vierten 35 millones de toneladas de contaminantes plástico en hábitats terrestres y marinos, gran parte de las cuales se convierten en perlas de escala micrométrica como las del estudio, los cuerpos de las larvas de mosquitos silvestres pueden estar llenos de plástico para el momento en que comienzan a zumbar y alimentarse de sangre. Los depredadores de estos insectos en la naturaleza incluyen aves, peces, lagartijas y libélulas, muchos de los cuales ya son vulnerables a los peligros de los plásticos desechados.

Además, el equipo de Al-Jaibachi sugiere que si los mosquitos pueden transportar perlas de plástico desde su fase larvaria, también lo pueden hacer otros insectos.

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