Investigadores de la U. de la Salle calcularon la cifra a partir de datos sobre muertes prematuras y costos por enfermedades cardiorespiratorias.

El crecimiento de las ciudades y el número de vehículos que circulan por sus calles tiene un precio sobre la salud de los habitantes. El grupo de investigación CLIMA de la Universidad de La Salle, integrado por expertos en calidad del aire, estimó por primera vez el valor que representa la contaminación atmosférica para los bogotanos.

“Los efectos de la calidad del aire se ven reflejados en temas de salud pública de todo tipo, estos son: visuales, pulmonares, neurológicos, cardiovasculares, e incluso cancerígenos y por tanto, su costo asociado está asociado no sólo al momento presente sino al manejo posterior de enfermedades de amplio tratamiento”, explicaron a través de un comunicado de la institución.

La principal conclusión del trabajo, que será presentado oficialmente durante el VI Congreso Colombiano y Conferencia Internacional de Calidad del Aire y Salud Pública (CASAP) que se llevará a cabo entre 6 y el 8 de Septiembre en Cali, es que la contaminación del aire en Bogotá representó en el año 2014 un costo aproximado a los 1.000 millones de dólares, es decir, 1.1% del PIB de la ciudad.

Para obtener esta cifra, los investigadores contabilizaron la mortalidad prematurua así como las enfermedades respiratorias y cardiovasculares asociadas a los niveles de contaminación atmosférica.

La contaminación del aire es un riesgo para la vida humana, a diferencia del agua, donde tenemos la opción de evitar consumir agua contaminada, en el aire no aplica porque tenemos que respirar el aire que nos rodea, el cual muchas veces contiene elementos y compuestos que pueden afectar la salud humana y el ecosistema”, anotó Jorge Pachón, líder del grupo de investigación CLIMA y docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de La Salle.

Las partículas contaminantes suspendidas en el aire se clasifican en dos grupos: PM10 y PM2.5. Las primeras corresponden a todo el material particulado que tiene un diámetro igual o inferior a 10 micrómetros mientras las más pequeñas, PM2.5, son aquellas con diámetro inferior o igual a 2,5 micrómetros, es decir, que son 100 veces más delgadas que un cabello humano y, por lo tanto, las más peligrosas.

Las causas de la contaminación del aire en las ciudad son innumerables y diversas, recordaron los investigadores, “una gran fracción se atribuye al transporte que usa derivados de petróleo en las ciudades. Pero, la verdad, también es originada por la industria, el comercio, el polvo resuspendido, la erosión, las quemas forestales, entre otras causas”.

Fuente: Periódico El Espectador

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