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La Agencia Internacional de Energía calcula que para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, países como China e India (los mayores responsables del aumento) deberán tomar medidas drásticas para 2020.

El balance que entregó en la mañana del jueves 22 de marzo la Agencia Internacional de Energía viene con malas noticias para 2018: las emisiones de Gases de Efecto Invernadero globales aumentaron en 1.4% en 2017, alcanzando un máximo histórico de 32.5 gigatoneladas de emisiones de carbono relacionadas con la industria de la energía, según reporta Europa Press.

Este nuevo pico, que equivale a 460 millones de toneladas en emisiones se produjo después de tres años de emisiones sostenidas, no fue universal. Si bien la mayoría de las principales economías vieron un aumento, otros experimentaron caídas, incluidos los Estados Unidos, el Reino Unido, México y Japón. “La mayor disminución provino de los Estados Unidos, principalmente debido a un mayor despliegue de energías renovables como la energía eólica”, dice el reporte.

De acuerdo con la AIE, el aumento de las emisiones de carbono, equivalente a las emisiones de 170 millones de automóviles adicionales, se debe a tres factores: crecimiento económico global robusto de 3.7%, menores precios de combustibles fósiles y esfuerzos de eficiencia energética más débiles.

La demanda de petróleo, por ejemplo, alcanzó el 1.5 millones de barriles al día en 2017, el doble de lo que se ha observado en la última década. “Una parte cada vez mayor de los vehículos deportivos, camiones ligeros en las principales economías y la demanda del sector petroquímico impulsaron este crecimiento”, concluye la Agencia.

Por otro lado, la demanda de gas natural creció en un 3%. China solamente es responsable de un 30% de ese aumento.

Aunque la cifra es preliminar, la AIE calcula que la demanda mundial de energía creció en un 2.1% en 2017, más del doble que en 2016, concentrándose en Asia. China e India juntos, dos de los países más poblados del mundo, representaron más del 40% del aumento.

Las energías renovables también crecieron con fuerza, representando alrededor de un cuarto del crecimiento de la demanda mundial de energía, mientras que el uso nuclear representó el 2% del crecimiento. La participación general de los combustibles fósiles en la demanda mundial de energía en 2017 se mantuvo en el 81%, un nivel que se ha mantenido estable durante más de tres décadas a pesar del fuerte crecimiento de las energías renovables.

El mayor descenso provino de los Estados Unidos, donde las emisiones disminuyeron en un 0.5%, o 25 Mt, a 4 810 Mt de CO2, marcando el tercer año consecutivo de disminución.

El crecimiento de las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía en 2017 es una advertencia: los esfuerzos mundiales para combatir el cambio climático aún no son suficientes para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
 

Tomado de: Periódico El Espectador.

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