El océano actúa como un sanador natural del planeta, y que absorbe los gases de efecto invernadero. Foto: Manuel Pedraza / Archivo EL TIEMPO

¿Y la humanidad qué hace para cuidar y ayudar a este médico natural?

Desde hace más de 15 años se ha venido detectando que los mares y océanos del mundo, sin excepción alguna, se están acidificando.

La causa principal de esa acidez radica en las altas concentraciones de gas carbónico (CO2) que la actividad industrial libera a la atmósfera y que el mar absorbe.

Al entrar en contacto con el agua de mar, este gas reacciona formando ácido carbónico, que a su vez se fracciona liberando al medio hidrógenos con carga positiva (hidrogeniones), que son los causantes de ese malestar natural; ellos hacen que las aguas bajen los niveles de pH, es decir, se acidifica el océano.

Esta acidez disuelve sustancias como el carbonato de calcio, afectando el bienestar de plantas y animales que tienen esqueletos o recubrimientos de este material, como corales, moluscos, pastos marinos o cocolitofóridos, que son fundamentales en la producción de alimento o actúan como centros de alta biodiversidad y refugio para peces e invertebrados en sus estados juveniles. Infortunadamente, los mares colombianos no están exentos de este fenómeno.

Recientemente, el Invemar presentó el análisis de vulnerabilidad marino-costera e insular ante el cambio climático para el país, e incluyó por primera vez un capítulo de acidificación oceánica, en la Tercera Comunicación sobre Cambio Climático de Colombia.

Con una serie de tiempo de 15 años se evidenció que en aguas superficiales del Caribe y el Pacífico colombiano hay una tendencia a la baja en los niveles de pH, lo que además se ve intensificado por los aportes de aguas dulces a la zona costera, con alta carga de material orgánico proveniente de ríos como el Magdalena, Sinú y Ranchería. Esto también contribuye a una mayor liberación de CO2 en el océano, lo que podría (y ojalá no suceda) llevar a que esta ‘gastritis oceánica’ se convierta en una úlcera difícil de revertir.

Es importante decir que el océano actúa como un sanador natural del planeta, y que absorbe los gases de efecto invernadero por diferentes mecanismos físicos, químicos y biológicos. De cierta manera, él se sacrifica con esta labor que poco a poco agrava su estado de salud. Aquí cabe preguntar: ¿Y la humanidad qué hace para cuidar y ayudar a este médico natural?

ANDRÉS FRANCO HERRERA
Director del Departamento de Ciencias Biológicas y Ambientales de Utadeo

Fuente: Periódico El Tiempo

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