La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), reportó el hallazgo de un caimán aguja (especie catalogada en peligro de extinción), que puso huevos en la cuenca baja del río Bogotá.

El animal fue visto entre las poblaciones de Tocaima y Ricaurte en el departamento de Cundinamarca en la entrada del río Bogotá al río Magdalena. La autoridad ambiental reportó que se adelantaron “todas las medidas de prevención y protección del animal y sus crías”.

Néstor Franco, director de la CAR Cundinamarca, aseguró en diálogo con RCN Radio que en la medida que la cuenca media del río Bogotá se esté recuperando, “vamos a seguir observando más casos como estos. En los últimos cinco años hemos sacado más de 8 millones 500 mil toneladas de sedimentos”.

Estos animales (casi de manera insólita) como tortugas, algunas especies de pájaros y caimanes, logran adaptarse a condiciones extremas, en este caso de alta contaminación en la cuenca baja del río Bogotá, cuando se funde con el río Magdalena.

Explicó que con los trabajos de ampliación de cauce del río y el retiro de los sedimentos, “se mejora la velocidad y por ende la oxigenación de este afluente, restableciendo las condiciones de habitabilidad”.

“Hace unos diez años era impensable que estas cosas pasaran. Hoy con el proceso de recuperación y descontaminación del río Bogotá, vemos la llegada y el restablecimiento de especies propias de la región que por la contaminación, habían migrado”, señaló.

El cocodrilo aguja o de la especie crocodylus acutus es una especie que a nivel país se ha identificado que habita la cuenca del Magdalena y la cuenca baja del río Bogotá que es tributario del Magdalena aunque es muy poco vista en las riberas del Bogotá, en las últimas horas un huevo fue hallado en la orilla del río por lo que se ordenó su protección inmediata.

Esta especie está amenazada porque se ha venido explotando de manera indiscriminada lo que ha puesto a las poblaciones en riesgo, se utiliza para comercializar la piel y sus partes, por eso no resulta viable su uso sin una estrategia de sostenibilidad donde estén involucrados los actores sociales e institucionales.

La Corporación Autónoma Regional busca que haya mucha conciencia entre las comunidades aledañas al río Bogotá, sobre su importancia y preservación, especialmente entre los pescadores.

Desde ya se trabaja en establecer un programa de repoblamiento de su hábitat natural con la proyección de un manejo sostenible. Por eso debe haber un reconocimiento de la especie para conservarla, conservando la ribera del río Bogotá, los humedales y quebradas para proporcionarle hábitat, alimento y sitios aptos de reproducción.

La CAR, las administraciones departamentales y locales, los medios de comunicación y las comunidades y todos tenemos la responsabilidad de conservar el caimán aguja.

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