Ecuador podría perder dos de sus siete
glaciares en los próximos años por el calentamiento global, una circunstancia
que preocupa a los expertos porque afectaría al ecosistema de los páramos, reguladores
del agua y la humedad en el país.
La amenaza más inminente se cierne sobre los glaciares de
Carihuairazo, en la provincia del Chimborazo, e Iliniza, entre las de Pichincha
y Cotopaxi.
“Estimaciones globales apuntan a un incremento de la temperatura
de 1,5 grados y se estima que el patrón no cambie en los próximos 12 años”,
afirmó Estefanía Dávalos, subsecretaria de Cambio Climático del Ministerio de
Ambiente de Ecuador (MAE).
Este incremento ya ha generado “evidencias notorias” a nivel
general, pero según otro experto, Bolívar Cáceres, del Instituto Nacional de
Meteorología e Hidrología (Inamhi), la amenaza es inminente.
Ecuador cuenta con siete coberturas glaciares: Antisana,
Cotopaxi, Chimborazo, Cayambe, los Ilinizas (norte y sur), El Altar y el
Carihuairazo, todos ellos ubicados en cráteres volcánicos que se ven afectados
por el efecto invernadero.
En el caso del Carihuairazo, el 96 % de su superficie glaciar
se ha derretido, por lo que podría desaparecer en apenas cinco años, afirma
Cáceres, en tanto que los Ilinizas no cuentan con una proyección exacta pero el
deshielo ha sido también notorio.
“Hasta finales de 2018 se registró (a nivel nacional) un
pérdida del 53 % de cobertura glaciar en promedio”, destacó el experto, quien
advierte que es difícil predecir el futuro de los glaciares porque las
condiciones climáticas son aleatorias.
“Hay modelos que indican que podrían desaparecer a finales
del 2100, pero son sólo modelos. En los Andes, los glaciares no desaparecerán
totalmente pero sí se reducirán de manera dramática”, consideró sobre la
situación regional.