Cada año se descubren unas 20 mil especies nuevas, una cifra no muy elevada si se tiene en cuenta que se conoce menos del 20% del total de especies que se estima que viven en la Tierra. A veces los descubrimientos llegan gracias al incansable esfuerzo de los científicos, pero otras son simplemente fruto de la casualidad.

Algunos hábitats son más accesibles que otros, pues no es lo mismo peinar un bosque que las profundidades del océano, donde la presión es extremadamente alta y la temperatura demasiado baja para la supervivencia del ser humano. No obstante, existen lugares realmente extraños donde se han encontrado nuevas especies, como es el caso del estómago de un animal.

Allí los jugos gástricos hacen su trabajo a mayor o menor velocidad, pero lo hacen, con lo que encontrar algo en buen estado o, como mínimo, reconocible e identificable, no es habitual. Por ello, y porque se ha conservado durante más de 40 años, el hallazgo que relatamos a continuación es realmente fascinante.

Todo empezó en el año 1976, cuando un cosechador mexicano de palma recuperó el cadáver de una serpiente de coral centroamericana, cuya área de distribución se extiende desde el sur de México hasta el norte de Colombia, pasando por toda la zona de América Central.

En ese momento, el particular halló los restos de una extraña especie de serpiente en el interior del vientre de la víctima y decidió conservarlos. Ahora, cuatro décadas después, herpetólogos de la Universidad de Texas liderados por Jonathan Campbell, han analizado al detalle estos restos y aseguran que pertenecen a un ejemplar de una especie de serpiente desconocida hasta ahora.

Su nombre científico es Cenapsis aenigma, que es una combinación de las palabras “cena”, “serpiente” y “misteriosa”, y hace honor a su descubrimiento, publicado el pasado mes de noviembre en la revista especializada Journal of Herpetology.

Algunas de las particularidades de la nueva especie son el tipo de escamas que se encuentran en la parte inferior de su cola, la forma de esta, el recubrimiento del hemipenis (el órgano sexual masculino) y la forma de su cráneo. Asimismo, se cree que es una especie de tamaño pequeño, ya que el ejemplar encontrado era adulto y medía menos de 300 milímetros de longitud.

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