Providencia vivió ayer uno de los días más difíciles de este siglo. El huracán Iota, que antes de que empezara el lunes estaba clasificado como de categoría 2, pasó casi intempestivamente a categoría 5. Alrededor de las 10 a.m. de ayer, el National Hurrican Center (NHC) de Estados Unidos emitió un comunicado anunciando la noticia: justo cuando el huracán pasaba en cercanías a la isla de Providencia, Iota tomaba más fuerza y pasaba de categoría 4 a 5, la máxima en el escalafón de ciclones tropicales.

Ese número quiere decir, como explica la página de la NASA, que la velocidad del viento es de 157 millas por hora y que el daño que puede ocasionar en tierra firme es catastrófico. El último aviso del NHC antes del cierre de esta edición empezaba con un párrafo de alerta: “Se espera que Iota traiga vientos catastróficos, una marejada ciclónica amenazante a la vida y lluvias torrenciales a América Central”. En ese momento el huracán estaba rumbo a Nicaragua y Honduras.

Cuando se escribían estas líneas no se sabían con precisión las afectaciones que generó Iota en territorio colombiano. Desde la madrugada del lunes Providencia había quedado incomunicada y la señal en la isla de San Andrés no era buena. Los pocos videos que circulaban en redes sociales mostraban algunos árboles caídos, intenso oleaje, lluvias y fuertes vientos. Antes del cierre de esta edición, Providencia, según el presidente Iván Duque, había presentado daños en el 98 % de su infraestructura, así como una persona muerta. El primer mandatario anunció ayudas para los damnificados y les pidió a los colombianos solidarizarse con los compatriotas afectados por el fenómeno natural.

Tomado de: Diario El Espectador

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