Orquídea “Trichocentrum carthagenense”. / Francisco López-Machado

REALIZARON 57 EXPEDICIONES EN OCHO AÑOS

Investigadores colombianos encontraron que, para el 2050, las áreas aptas para estas plantas se reducirían de un millón de hectáreas a menos de 240.000. Proponen crear 69 corredores ecológicos.

Guillermo Reina Rodríguez es un botánico caleño que ha recorrido a pie más de 200 kilómetros de Colombia. Con cada paso que da su objetivo es sólo uno: ir registrando, una a una, las especies de orquídeas que se le cruzan en el camino. Más allá de ser un orgullo nacional que nos ha posicionado como el país que más especies tiene en el mundo, estas plantas son un buen indicador para predecir lo que podría suceder con el cambio climático. El hecho de que estén más expuestas a la atmósfera que otra vegetación, comenta Reina, las hace más susceptibles a las variaciones del clima.Es por esto que entre el 2009 y el 2015, como parte del doctorado que realizó en la Universidad de Barcelona (España), Reina se dedicó a peinar los parches de bosque seco tropical que quedan en el país en busca de 12 especies de orquídeas típicas de este ecosistema. Junto con más de 60 personas, a través de 57 expediciones y sumando más 1.200 horas de observación, lograron recorrer los 314 municipios de Colombia donde aún hay remanentes de este bosque. Además, para asegurarse de que no quedara ningún dato suelto, recolectaron la información de 15 herbarios, entre los que se encuentran el de la Universidad del Valle, el Herbario Nacional de Bogotá y el de la colección del Instituto Humboldt. En total lograron 439 registros.

Con esta información en bruto, la investigación ya daba unas primeras conclusiones sobre el estado de las orquídeas. Por ejemplo, comenta el botánico, se dieron cuenta de que sólo en 156 de los 341 municipios que tienen área de influencia de bosque seco tropical se reportaron registros. “Esto quiere decir que hay unos vacíos muy grandes, pues en el 62 % de municipios no se tiene evidencia de estas plantas”, señala.

Guillermo Reina y Francisco López, el último encargado de tomar las fotos de varias expediciones. / Julián Reina-Rodríguez

Sin embargo, el dato no era suficiente para responder la pregunta que trasnochaba a Reina y a Jorge Rubiano, profesor del Departamento de Geografía de la Universidad del Valle y coautor del estudio. ¿Qué les sucederá a las orquídeas con el cambio climático? Responderla fue mucho más complejo.

Según dice Reina, una vez obtenidos los datos, los introdujeron en un programa de modelación conocido como Maxent. Aunque las matemáticas detrás seguramente son mucho más enredadas, lo que hace este programa es cruzar datos de variables climáticas con la información recolectada para saber, a futuro, cuál sería la distribución de las especies de orquídeas.

Teniendo en cuenta que las predicciones de cambio climático en Colombia estiman un incremento de 2,6 °C en la temperatura y del 20 % en la precipitación para el fin del siglo, el modelo arrojó que para el año 2050 el área de bosque seco tropical donde las orquídeas podrán crecer se reducirá de un millón de hectáreas a menos de 240.000.

Además, como ha sucedido con la mayoría de la vegetación, empezarán a subir buscando lugares menos cálidos. “Van a migrar de tierras bajas, entre los 0 y 1.000 metros de altura, a áreas de montaña media, entre los 1.300 y 1.700 metros de altura”, agrega Reina. El problema es que, en varias partes de Colombia, como el Caribe, el área a donde podrían moverse ya estará ocupada por otras actividades. Las orquídeas podrían quedar atrapadas.

Encyclia cordigera. /Francisco López-Machado

“Como vimos que las orquídeas no tenían un espacio para poder moverse, también, a través del modelo, propusimos crear unos corredores de migración altitudinal que actuarían como corredores biológicos con las condiciones apropiadas para que la vegetación sobreviva, no sólo las orquídeas”, señala el botánico. Se trata de 69 “nichos bioclimáticos” alrededor de los bosques secos tropicales del país, donde se necesitan estrategias urgentes de adaptación al cambio climático.

Serían 15 en el valle del Magdalena, 13 en el valle del río Cauca, ocho en el Caribe, ocho en Santander y una en el río Patía. Además, debido a que en el Caribe y en el Patía se identificó un bajo porcentaje de áreas protegidas, el modelo propone distribuir ocho “nichos bioclimáticos” más en este territorio.

Aunque aún se trata de una propuesta, Reina y Rubiano, junto con dos investigadores más, Fabio Alexánder Castro Llanos y Joel Tupac, dieron el primer paso con un modelo piloto en el Valle del Cauca. La idea es ir formando un corredor de 700 hectáreas entre los municipios de La Cumbre, Yotoco, Dijes, Yumbo y Restrepo, por donde las orquídeas podrían migrar libremente.

Los investigadores están empeñados en que sus estudios no se queden olvidados en un estante. “El Ideam ha sacado mucho de la visión climática y no biológica sobre las predicciones de cambio climático en el país. Creemos que este estudio puede ser un nuevo aporte para las comunicaciones que está publicando el país”, comenta Reina. “No en vano recorrimos casi todo el país”.

Trichocentrum nudum. / Francisco López-Machado

Tomado de: Periódico El Espectador

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