Las autoridades de Tierra del Fuego, están dispuestos a avanzar con el cuestionado Corredor Costero del Beagle pese a todo.

La empresa adjudicataria es de dudosa trayectoria, genera quejas de los ambientalistas, y el informe del Conicet que desaconseja iniciar la ruta.

Se avanza con la expropiación para una obra que despierta indignación en los vecinos de la provincia y la quieren hacer con el costo político que sea.

La comunidad científica está movilizada porque se sabe que la traza prevista para el Corredor Costero del Beagle destruía un yacimiento arqueológico de 7.800 años.

Se ilustra en esta nota la cédula de notificación a Estancia Harberton, donde se advierte que “van a proceder a a notificarle respecto de la tasación del inmueble sujeto a expropiación realizada por el Tribunal de Tasaciones de la Nación”.

A partir de la notificación, del 23 de octubre pasado, se le otorga al dueño de Harberton -Ricardo Lynch- 15 días para que “preste conformidad respecto del proceso expropiatorio que se está llevando adelante”, así como del valor establecido.

De nada sirvieron los pedidos de los dueños de Harberton para que se cambie la traza, buscando preservar los yacimientos arqueológicos. Ni la recomendación del Conicet en tal sentido. Los fueguinos se preguntan por qué tanto apuro con esta obra.

Existen sospechas de negocios inmobiliario. Los datos más fuertes en este sentido son dos. El primero: se estableció un ancho de 50 metros para ruta y banquina, cuando serían suficientes 10 o 15 metros. Eso alentaría las usurpaciones, en una búsqueda de “peronizar a lo Conurbano” Tierra del Fuego por parte de la gobernadora. El otro dato es que, justamente.

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