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Según investigación, el proceso de fotosíntesis también se detuvo por un año, enfriando el planeta.

Dos años de oscuridad perpetúa, similar a la de una noche de Luna. Ese habría sido el efecto sobre la luz del Sol de las cenizas generadas por los gigantescos incendios tras el choque de un asteroide contra la Tierra hace 66 millones de años y que habría exterminado a los dinosaurios.

Un estudio liderado por el Centro Nacional de Investigación del Clima (NCAR) de Estados Unidos, con apoyo de la Nasa y de la Universidad de Colorado Boulder, que publica la revista ‘PNAS’, se centró en examinar los drásticos cambios en el clima terrestre después del impacto de aquel meteorito de 10 kilómetros de diámetro.

El choque provocó grandes fuegos y enormes cantidades de ceniza, que habrían oscurecido la luz del Sol, durante casi dos años, la fotosíntesis se habría detenido durante año y medio y el planeta experimentó un drástico enfriamiento, lo que habría contribuido a la gran extinción que marcó el final de los dinosaurios. 

Los expertos emplearon un modelo computacional para crear un panorama detallado de cómo habría sido la Tierra al final del Cretácico, una información útil para que los paleobiólogos entiendan mejor por qué algunas especies murieron, sobre todo en los océanos, mientras otras salieron adelante.

Más de tres cuartas partes de las especies que vivían en la Tierra, incluidas todas las de dinosaurios no aviares, desaparecieron en la transición del Cretácico al Paleógeno y las evidencias muestran que esa gran extinción probablemente se produjo cuando un gran meteorito cayó en lo que hoy es la península de Yucatán, en México.

“La colisión se supuso que desencadenó terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas”

La colisión se supuso que desencadenó terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas y los científicos calculan que la fuerza del impacto pudo haber lanzado rocas vaporizadas muy por encima de la superficie terrestre, donde se habrían condensado en pequeñas partículas llamadas esférulas.

Al volver a caer a la Tierra se habrían calentado por la fricción hasta temperaturas lo suficientemente altas como para encender fuegos y abrasar la superficie terrestre.
El científico del NCAR y director del estudio, Charles Bardeen, explicó que se centraron en estudiar las consecuencias a largo plazo de la gran cantidad de cenizas que consideran se habrían producido en la Tierra. 

Las simulaciones señalan que las finas cenizas calentadas por el Sol ascendieron a la atmósfera hasta formar una barrera que bloqueó gran parte de la luz solar que llegaba a la superficie terrestre.

“Al principio habría sido tan oscuro como una noche de luna”, explicó en un comunicado otro de los autores del estudio Owen Toon, de la Universidad de Colorado Boulder.

La pérdida de la luz solar se tradujo en la imposibilidad de las plantas por hacer fotosíntesis y en un marcado descenso de las temperaturas medias, con una caída de 29 grados en la tierra y 11 en los océanos.

Fuente: Periódico El Tiempo

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